ESPAÑA TIERRA DE MARÍA

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sábado, 4 de febrero de 2017

LOS DIEZ PUNTOS DE UN PROGRAMA PARA ADORADORES DE HOY



     Habla San Juan Pablo II en su memorable mensaje a los adoradores nocturnos españoles reunidos en la basílica de San Pedro el 31 de octubre de 1983, el Papa señalaba las actitudes características que los adoradores del Santísimo deben hacer suyas. Las reducimos, para mayor claridad, a diez:

1°. Orientar la vida hacia Dios:
     «Con vuestra actitud de adoración profundizáis en la fe, en la esperanza y en la caridad. De esta manera orientáis toda vuestra vida hacia Dios, y por tanto hacia el misterio del hombre y de la historia humana concreta.»

2°. Ser Iglesia que ora sin interrupción:
     «Adorando a Jesús Sacramentado cumplís en las Iglesias locales el encargo que el Apóstol nos hizo de orar sin interrupción (1.a Tes 5, 17), imitando al Maestro que frecuentemente pasaba la noche en oración.»

3°. Escuchar en el silencio la voz del Padre:
     «Ese silencio contemplativo os comunicará una gran capacidad de amar a Dios y a los hermanos. En efecto, en medio del silencio de la noche, cuando parece que se aminoran las prisas y la creación enmudece como esperando la venida del Señor (cf. Sab. 18, 15), oiréis en el corazón la voz del Padre que os dice: Este es mi Hijo amado en quien tengo mis complacencias, escuchadle» (Mat. 17, 5).

4°. Descubrir los intereses salvíficos de Cristo Redentor:
     «Al sintonizar cada vez más con los sentimientos de Cristo Redentor... iréis descubriendo los intereses salvíficos del Señor sobre los individuos, la familia, la juventud, la comunidad eclesial a la que pertenecéis, la propia nación y la humanidad entera.»

5°. Ofrecer al Señor nuestras vidas y las de nuestros hermanos:
     «Así presentaréis ante el Señor todo lo que ha sido vuestra vida cotidiana, en sincronía con los problemas de los hermanos redimidos por Cristo.»

6°. Ser hombres de oración, convencidos de su valor:
     Ser hombres y mujeres «convencidos del valor insustituible de la oración y consecuentes con la obligación de todo hombre de dar gloria a Dios, como premisa indispensable de cualquier acción que quiera ser beneficiosa a los demás».

7°. Unir la oración al compromiso apostólico:           
     Hacer auténtica la actitud contemplativa de oración y plegaria, acompañándola «de un compromiso de vida cristiana y de acción apostólica».

8°. Promover el culto eucarístico, la vivencia de las celebraciones y la comunión:
     Considerar como parte importante del empeño apostólico «la promoción del culto a Jesús Sacramentado y de cuanto pueda contribuir a una mayor vivencia de las celebraciones eucarísticas y de la comunión sacramental por parte de todos».

9°. Ser testimonio vivo del dinamismo eclesial de la oración:
     Ser testigos vivientes de que la «ocupación de adoradores no sólo no es algo estéril o inútil para la comunidad eclesial sino que es fuente de dinamismo cristiano».

10º. Testimoniar la dimensión vertical de la vida religiosa del hombre:
     Testimoniar «la primacía de la dimensión vertical de la vida religiosa del hombre»...para ser «fieles a la identidad de adoradores».
     En esta última actitud de testimonio se enmarcaba la exhortación emocionada de «sed fieles a vuestro carisma». Todo esto constituye la identidad de los adoradores, que podía resumirse en este testimonio de verticalidad de la vida religiosa del hombre, unido al «doble» compromiso de vivir cristianamente y de ayudar espiritualmente a los hermanos.


     Y ser siempre la «porción viva y perseverante de la Iglesia que ora».

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